
Partir una granada es como abrir un cofre del tesoro. Sus granos rojos poseen nutrientes tan valiosos que conviene aprovechar el otoño para beneficiarse de sus propiedades mientras se disfruta de su exquisito sabor.
La granada es la fruta carnosa del GRANADO (Punica granatum), un árbol
pequeño de no más de cinco metros de altura que se aclimata muy bien a zonas
semiáridas del Mediterráneo como el olivo o el naranjo.
La visión de un granado en flor es tan hermosa que hasta
se ganó el privilegio de formar parte de los famosos jardines colgantes
de Babilonia, una de las siete maravillas del mundo antiguo.
Tiene el aspecto de una fruta soñada. Quizá
por eso aparece en el cuadro de Salvador Dalí Sueño causado por el
vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar.
Pero el pintor surrealista sólo continuó una larga
tradición. Desde tiempos remotos, la granada, una de las primeras
frutas cultivadas, ha simbolizado el nacimiento, la vida eterna, la fertilidad
y la muerte, quién sabe si por su abundancia de semillas y su facilidad
para «sangrar». También se ha asociado con el deseo y estaba consagrada a
Afrodita.
Se cree que el granado es originario de
Irán, unas tierras que durante siglos fueron el sustento de la antigua
civilización persa, y que su cultivo se remonta a tiempos prehistóricos.
España es uno de los principales productores
mundiales, después de la India e Irán, y el mayor exportador
europeo. Esta producción se concentra principalmente en Alicante y Murcia,
donde se dedica cada vez más territorio al cultivo de granadas ecológicas para
responder a la creciente demanda de países como Alemania e Inglaterra.
BENEFICIOS DE LA GRANADA
La peculiar composición de la granada se asocia con una
serie de importantes beneficios para la salud.
- Ayuda
a prevenir el cáncer. Las antocianinas de la granada
disminuyen la acción de los receptores de estrógeno, lo que ayuda a
prevenir cánceres como el de mama. Este efecto lo causan asimismo los
flavonoides y es reforzado por la acción sinérgica de otros antioxidantes
que evitan el desarrollo de células tumorales. La
granada también se considera útil en la prevención del cáncer de próstata.
- Protege
el corazón. El consumo habitual de granada,
tanto en forma de zumo como si se consumen sus deliciosos granos, es una
buena forma de reducir el riesgo cardiovascular, ya que previene la
concentración y la oxidación del colesterol "malo" (LDL) y
mejora la elasticidad de las arterias. También beneficia al corazón y al sistema
cardiovascular su abundancia en potasio que contribuye a regular la
tensión arterial.
- Es
ligera, digestiva y depurativa. Es una fruta
hipocalórica, debido a su abundante agua y bajo aporte en hidratos de
carbono. Esta cualidad es muy útil en dietas de adelgazamiento, cuando se
quiere reducir la ingesta de calorías, pero también en ayunos que tengan
como objetivo activar los mecanismos naturales de limpieza del organismo.
Aunque en menor cantidad que la manzana o la pera, la granada también
contiene pectina, una fibra soluble que participa en su efecto depurativo.
Además, sus deliciosos granos son una notable fuente de fibra no soluble,
que sacia y favorece el tránsito intestinal.
- Ayuda
en caso de diarrea. Su riqueza en taninos
hidrolizables ayuda a desinflamar las mucosas del intestino, y su
contenido en ácido cítrico la convierte en un buen desinfectante, útil en
caso de diarrea infecciosa.
- Es
afrodisiaca y mejora la fertilidad. En la
antigua Grecia se atribuía a Afrodita la plantación del primer granado,
por lo que su fruta se vinculaba al deseo e incluso se le atribuían poderes afrodisiacos.
Además, la granada, como otras frutas con abundantes semillas, ha sido
sobre todo un símbolo de fecundidad y en muchas culturas
se ha regalado a los recién casados, una costumbre que aún perdura en
algunas regiones de China. Un estudio de la Universidad de Edimburgo ha
comprobado que el zumo aumenta los niveles de testosterona un 30%. Tanto
hombres como mujeres notaron un mejora del deseo sexual y
del estado de ánimo. Otros estudios la relacionan con una mejora de la
función eréctil, y un aumento de la cantidad y movilidad de los
espermatozoides.
PROPIEDADES DE LA GRANADA
Pero lo que hace de la granada una fruta
singular, con unas propiedades incomparables, es su riqueza en fitoquímicos como flavonoides,
antocianinas y elagitaninos. La mayoría de estas
sustancias son pigmentos naturales con la función de proteger la planta frente
a la luz ultravioleta, las bacterias o los parásitos.
Los antioxidantes de la granada han sido
objeto de muchos estudios. Las conclusiones positivas de la mayoría de ellos ha
convertido su zumo en un apreciado producto, a la altura del té verde o el
arándano.
Expertos del Laboratorio de Investigación
sobre Lípidos de Haifa (Israel) y de la Universidad de Nápoles (Italia) demostraron que
beber un vaso diario
de zumo de granada reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
La razón es que tiene más antioxidantes que la mayoría de frutas y tres veces más que el vino o el té
verde.
Estos antioxidantes –sobre todo un compuesto
polifenólico llamado ácido
elágico y las antocianinas– mejoran el estado de los vasos
sanguíneos, regulan la presión arterial, reducen a la mitad el endurecimiento
de las arterias causado por la oxidación del colesterol y disminuyen la
retención de la variedad mala (LDL), que si está alta incrementa el riesgo de
sufrir un infarto. Estos antioxidantes protegen a tejidos y órganos frente a enfermedades
degenerativas.
Estudios realizados en Estados Unidos,
Japón y Cuba mostraron que la granada protege frente a los cánceres de piel, mama y colon.
Más recientemente se comprobó que un vaso diario de su zumo enlentece la evolución de tumores recurrentes
en personas operadas de cáncer de próstata con niveles ascendentes de antígeno
PSA y que se puede atribuir a la granada un efecto preventivo del cáncer de próstata en
personas sanas.
Los taninos,
de efecto antiinflamatorio sobre la mucosa digestiva, la hacen indicada para la diarrea.
Y su ácido cítrico desinfecta,
alcaliniza la orina y potencia la acción de la vitamina C (100 g aportan 6
mg) y el ácido málico.
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